Contando...

Cuento los días para respirar aire no contaminado, para reír y reír, para acabar con los cierres (aunque sólo sea por un periodo definido), para oler las playas de invierno, para verte sin intentar verte, para no pensar en Madrid, para desquitarme, para desfogarme, para no liarme…
Poco a poco van pasando, cada día, uno menos… los cuento porque cuando todo va bien, algo te vuelve a caer encima, como algo que pensabas que no volvería a caer…Es a ratos, un rato estás que te sales y, al momento, vuelve lo amargo, lo estúpido… sabes que no debes, que no merece la pena, pero el tiempo te dice que esto no te lleva a ningún lado, que dejaste de ser adolescente hace bastante, por no decir una década…
Mi madre a veces dice cosas sabias, cosas que sólo se aprenden con el tiempo, con la edad…
“Hay tiempo para todo”, eso es lo que se suele decir, pero… ¿quién sabe?
Me pueden las prisas, siempre me ha pasado, soy impaciente con mis cosas y, a veces, pretendo que el mundo gire al ritmo al que yo lo hago… por eso respiro, cuento hasta tres y sigo contando…